Vemos amanecer por la autovía del Mediterraneo y como si de una carrera non stop se tratara vamos dándonos relevos hasta llegar a Falferalp punto donde vamos a dejar el coche esta semana.
Son las 19.30 avisamos al refu de que empezamos a subir y en 2.30h estamos quitandonos los esquís y entrando en lo que sería nuestro primer hotel de las vacaciones, ducha gratis, edredones de pluma, cena cual restaurante cinco tenedores, nos dan tentaciones de quedarnos allí los siete días, pero cuando nos toca sacar la cartera nos damos semejante susto que mejor ir a por el siguiente refugio.
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